viernes, agosto 12, 2011

EL ORIGEN DEL PLANETA DE LOS SIMIOS; Paradoja vs Ironía



This is evolution: the monkey, the man, then the gun
(Marilyn Manson)

Je, je, je… eso le pasa por no alabar al simio
(Homer Simpson)




Aunque todo el mundo recuerda el final de “El planeta de los simios” (Planet of the apes, 1968, Franklin J. Schafner) con Charlton Heston maldiciendo a los humanos ante los restos de la estatua de la libertad, el éxito de la película hizo que aquél no fuera el final definitivo de la historia y que recibiera continuación con varias secuelas (cuatro en total) que, aunque de mucho menor empaque que la original, dotaron al conjunto de un sentido global que en la primera queda tan solo insinuado con ese célebre final.
Así pues, y pasando por alto la primera de las secuelas, “Regreso al planeta de los simios” (Beneath the planet of the apes, 1970, Ted Post) que no haría sino abundar en las situaciones expuestas en la original, llegaríamos a “Huída del planeta de los simios” (Escape from the planet of the apes, 1971, Don Taylor), donde Aurelio (Roddy Mc Dowall) y Zira (kim hunter), los dos chimpancés que ayudaron a Taylor (Charlton Heston), y su hijo recién nacido se introducen en la nave que ha llevado hasta su mundo a los humanos y por un azar científico acaban aterrizando en el nuestro, es decir, en La Tierra en nuestra época (los años setenta para ser exactos ya que fue cuando estas películas fueron producidas). De esta forma tan ingeniosa, los guionistas de la saga consiguieron cerrar el círculo y contestar a las preguntas que planteaba la primera en su desgarrador desenlace: ¿Cómo llegaron los simios a hacerse con el control del planeta? ¿Qué les ocurrió a los humanos? La explicación propuesta era la siguiente: los simios inteligentes venidos del futuro en una nave creada por los humanos darán lugar a una nueva raza de simios dotados de cierta inteligencia que serán esclavizados y utilizados en trabajos duros, situación que acabará provocando una rebelión y una encarnizada lucha entre simios y humanos, tal y como se desarrolla en las dos películas que completan la pentalogía (Conquest of the planet of the apes, 1972, J. Lee Thompson, y Battle for the planet of the apes, 1973, J. Lee Thompson).
Como podemos ver, antes de que películas de éxito más modernas como “Terminator”, “El efecto mariposa” o “Regreso al futuro” aprovecharan las paradojas del espacio-tiempo como núcleo sobre los que desarrollar una historia de ciencia ficción, los responsables de los guiones de las, muy oxidadas, películas sobre “El planeta de los simios” que he reseñado en los párrafos anteriores ya habían hecho lo mismo con un resultado narrativo muy interesante. Y añado que me parece un mérito adicional el haber llevado a cabo una serie de películas apoyadas en un concepto tan complejo como el de una paradoja en unos años donde, todavía, el nivel cultural medio de la población (por ejemplo en un país como el nuestro) no era tan elevado como hoy, y de hecho, en “Huída del…” se decidió incluir una secuencia en la que se trataba de explicar lo sucedido haciendo servir el ejemplo de otra paradoja, la del artista que pinta un paisaje y se pinta a si mismo dentro pintando un paisaje dónde está él mismo dentro pintando un paisaje, etc…

Pasando totalmente por alto la infumable incursión en la saga (a modo de remake) de Tim Burton, que al menos sirvió para demostrar que a veces una mayor fidelidad a un texto literario no tiene por qué suponer una mejor película (y esto es para los insidiosos y recalcitrantes opositores a la trilogía de “El señor de los anillos” de Peter Jackson, también conocidos como "El club de amigos de Tom Bombadil"), llegaríamos hasta el film que nos ocupa que no sería ni una secuela del film de Burton ni un remake de ninguna de las películas que he citado antes sino una reinvención de la explicación por la que en el futuro los humanos habrán sido erradicados y los simios camparán a sus anchas. Si en la saga original era hijo de Zira y Aurelio venido del futuro el que acababa liderando una rebelión de simios contra los humanos, en “El origen del planeta de los simios” se mantiene el concepto de rebelión y líder pero no existe paradoja alguna. La rebelión tiene lugar debido a la experimentación científica en un laboratorio donde se pretende encontrar una cura para el alzheimer pero, al final, lo que tendría que haber servido para prolongar la vida humana inteligente acaba sirviendo para erradicarla y volver inteligentes, en su lugar, a los simios. Interesante ironía. Pero aún hay más; como en las películas de los setenta habrá un simio que será el que conduzca a los demás a la libertad y, no será precisamente el más oprimido de ellos ni aquel que ha tenido que pasar por las peores calamidades sino, precisamente, el más mimado y mejor tratado por los humanos de cuantos pueblan la película. Doble ironía.
¿Qué concepto redondea mejor la cuestión? ¿Qué explicación resulta más estimulante? Reconozco que ambas me parecen igual de válidas, si bien tal vez la utilización de una u otra se debiera al momento tecnológico-científico que se vivía en el momento en que se produjeron las películas. En los años setenta, en plena carrera espacial, una nave y un viaje en el tiempo con paradoja incluída podía ser la opción más plausible. En la actualidad, con una crisis económica brutal y un interés mayor que nunca en dar prioridad a los beneficios aunque sea a costa de la experimentación con animales y de un descenso en las medidas de seguridad de las empresas (asusta con qué facilidad el protagonista saca muestras de sus experimentos del laboratorio), así como el temor a amenazas biológicas o terroristas que han sido creadas por los mismos que ahora las temen, puede que la opción de la ironía caiga por su propio peso.

La película de Rupert Wyatt cuenta además con diversos alicientes que consiguen que, pese a conocer sobradamente cuál será el desarrollo de los acontecimientos, el interés del espectador no decaiga. Para empezar la convincente interpretación de sus actores principales que consiguen dotar de sentimiento y humanidad a sus personajes, poniendo sobre la mesa de qué está hecho realmente un hombre y por extensión un ser inteligente como el simio del film; amor, sacrificio, odio, avaricia, envidia,… Sentimientos todos ellos humanos que serán contagiados al simio inteligente al entrar en contacto con ellos. Es la inteligencia emocional y no otra la que provoca los cambios y desencadena los acontecimientos en el film. Son las decisiones morales tomadas por el protagonista y por César, el simio inteligente, las que cambiarán para siempre el destino del planeta.
En este sentido destacaría diversos momentos en los que basta el juego del plano-contraplano entre la mirada de César y lo que está viendo para que el espectador comprenda a qué conclusiones está llegando el simio; la ventana que le separa de la libertad, la correa que ata a un perro con el que se cruzan, su dueño/padre en la cama abrazado a su novia… Igualmente destacables son varios de los momentos que César vive en su “encarcelamiento” donde debe tomar distintas decisiones de tipo ético que le permiten integrarse y, a la postre, convertirse en el líder de un gran grupo de simios.
Todo este desarrollo que se sirve sin prisa, con un ritmo cadencioso, hace mucho más creíble la evolución de César y convierte a “El origen del planeta de los simios” en algo más que un simple divertimento o una película con la que deglutir palomitas. Defender la película como un film a tener en cuenta o no por el nivel de sus efectos especiales me parece fuera de lugar. Se trata de una producción de alto nivel y solo faltaría que los efectos fueran una chufa así que poco hablaré sobre ello. Baste decir que el trabajo de Andy Serkis como “César”, el simio que liderará la rebelión, es fantástico y sirve para justificar un presupuesto de efectos como el que maneja esta película (recuerdo para quien no lo sepa que los gestos y movimientos del simio están capturados digitalmente de los que realiza un actor real con un traje especial lleno de sensores que son interpretados por un ordenador a través de un proceso llamado “motion capture”). Para los que tan solo se hayan visto atraídos por el espectáculo pirotécnico del trailer, espectáculo que por cierto se desarrolla íntegramente durante los últimos quince minutos de película, y le parezcan risibles las películas de la saga de los setenta por comparación de FX, tan solo hacerles reflexionar sobre la imposibilidad de haber rodado un film como éste en aquellos años (al no existir la infografía se habría tenido que tirar de animales reales y amaestradores lo que hubiera supuesto una auténtica pesadilla de producción), y llamar su atención sobre el ingenio con el que fueron capaces de lograr, con una forma narrativa más “asequible” técnicamente aunque más compleja argumentalmente, contar la misma historia que la película que nos ocupa.

Paradoja vs. Ironía. Ustedes eligen. O no lo hagan y quédense con las dos.

jueves, agosto 04, 2011

TROLL HUNTER; El fantástico escandinavo golpea de nuevo


Un dia, los dioses del cielo interrumpieron
a Tor cuando estaba dedicado a su pasatiempo
favorito de cazar trolls.


Mitos, Diccionario de mitología Universal (Arthur Cotterell)



Dependiendo de a quién preguntes un trol sería una criatura monstruosa surgida de una novela de fantasía tipo “El señor de los anillos”, un gigante sucio y estúpido enemigo de los gnomos o sencillamente un tipo al que le gusta montar jaleo en Internet.
Sin embargo, el origen de la palabra “trol” hay que buscarlo en las leyendas y la mitología escandinava, latitud de la que procede la criatura original que ha originado a todas las anteriores y a muchas otras.
Aunque el significado de la palabra trol es incierto, el estudio de las raíces etimológicas del término ha dado lugar a diversas conjeturas, muchas de las cuales han acabado relacionando la palabra con “magia”, “maligno” y, sobre todo, “violento”. Este carácter agresivo que subyace en el término sería el que explicaría probablemente el por qué son estos seres y no otros los que han servido para marcar a aquellos que van de foro en foro buscando bronca, faltando al respeto o http://www.blogger.com/img/blank.gifsaltándose las normas de dichos lugares de debate. De hecho ya hay quien ha hecho de ello algo así como una “profesión” o un medio para buscarse la vida.
Lo curioso sobre los troles es que en Escandinavia, y durante mucho tiempo, se ha hablado de ellos como si fueran seres auténticos y no como personajes de cuentos de hadas. En algunos lugares se refieren a ellos como gigantes, en otros como a una especie de hombres de los bosques de narices y orejas enormes, en otros como ladrones de niños… Algunos incluso han querido ver en el bigfoot americano o en el orco versiones del trol escandinavo. Como ejemplo de hasta que punto la existencia de los troles está ligada a la historia de los países nórdicos están los numerosos lugares y emplazamientos cuyos nombres hacen referencia a ellos (Trollhattan, Trollkyrka, Trollstigen, Trollasveien…).

La película de Andre Ovredal “http://www.imdb.com/title/tt1740707/” (Trolljegeren, 2010) se apunta a la moda del mockumentary para narrar la historia de un grupo de estudiantes que realiza un trabajo en video acerca de la caza de osos en Noruega y que, por casualidad, acaba descubriendo a una organización secreta del gobierno que conoce la existencia de troles en el país y se dedica a exterminarlos y a encubrir sus acciones para mantenerlos alejados de la población.
El film, de apenas una hora y media, aprovecha todo el potencial de realismo que le permite el uso de la cámara en mano con la excusa del falso documental, resultando mucho más efectiva en las escenas boscosas y oscuras de huidas y persecuciones que en las entrevistas y charlas que los personajes tienen entre ellos, mucho más impostadas y socorridas a la hora de poder explicar qué es lo que sucede. Algo parecido a lo que ocurría con la interesantísima y ya clásica http://www.blogger.com/img/blank.gif“Distrito 9”.
Además, y como ha venido ocurriendo con otros films recientes de género de las mismas latitudes (“Déjame entrar”, “Rare exports”, “Zombies nazis”,…) la propuesta no carece de un cierto sentido del humor, que en la película que nos ocupa resulta especialmente apropiado debido a los conocimientos generales y asumidos que sobre estas criaturas, los troles, la mayoría del público posee. Sucede así que en el film los personajes van tratando de averiguar al mismo tiempo que el público cuantas de las cosas que han oído sobre los troles son ciertas y cuales no, resultando especialmente divertidas aquellas situaciones en las que podemos ver, y no solo escuchar de labios del cazador profesional, lo que hay de mito y lo que hay de cierto en todo el asunto. En este sentido es destacable la estupenda secuencia del trol en el puente (o bajo el puente) o aquella en la que los personajes se ven encerrados en una cueva en mitad de la noche, la cual deben compartir con un grupo de gigantescos y apestosos especímenes sin ser descubiertos.
Una aspecto argumental especialmente llamativo y que es utilizado en la película como excusa para algunos gags divertidos y alguna situación que mejor no desvelaré, es la particularidad de que estos troles huelen a aquellos que creen en Dios o son cristianos y los persiguen para devorarlos. Esto, lejos de ser una invención absoluta de los guionistas del film bebe de la propia historia y folclore escandinavo. Aunque el panteón nórdico contaba con Thor para deshacerse de los troles a golpe de martillo (el hierro era un arma contra ellos) a los cristianos parecía bastarles un crucifijo o incluso el sonido de las campanas de una iglesia para conseguir el mismo efecto (y todo ello por supuesto sin renunciar a la consabida luz solar que siempre ha sido el mayor enemigo de estas criaturas). Tal vez en la desaparición de la mitología clásica y en la expansión del cristianismo por toda Europa esté la razón por la que los troles que quedan allí (según la película, por supuesto) parecen odiar a muerte a los cristianos devotos hasta el punto de haber desarrollado un olfato especialmente eficaz con el que detectarlos. Supongo que se puede extraer alguna lectura en clave política sobre esto…

En el apartado técnico la película poco tiene que envidiar a cualquier producción norteamericana, contando con unos efectos especiales que, como puede verse en la foto que acompaña a este texto, lucen magníficamente aunque como siempre, resultan mucho más creíbles y sugerentes cuando las apariciones de las criaturas se dan en la nocturnidad de los bosques que en el resplandeciente panorama helado en el que transcurre el último tercio del film que por momentos recordaba a los últimos minutos de la indispensable “La niebla” de Frank Darabont, aunque con mucha menos carga dramática, por supuesto.
En definitiva una película muy recomendable para pasar un rato divertido y que, sin hacer historia en el género, confirma el buen momento que vive el cine fantástico en Escandinavia eclipsando por completo al francés, el cual no parece encontrar su sitio entre la pretenciosidad metafísica y el gore descarado, o el español que pretende mantener su posición a base de secuelas o de repetir la misma fórmula de éxitos pasados. ¿Tengo que dar títulos?