lunes, enero 28, 2008

NO SON PSICOPATAS


Este fin de semana tuve ocasión de ver "Halloween, el origen" (Rob Zombie), el mitad remake mitad precuela del clásico de John Carpenter, y volvió a asaltarme ese concepto tan manido en terror y tan mal utilizado que es el de “psicópata”.
Creo que este error de uso del concepto se debe a la expresión psichokiller que se utiliza en Estados Unidos para referirse a los asesinos en serie de las películas de terror tipo "Viernes 13", "Se lo que hicisteis…", "Scream" o la propia "Halloween".
Vayamos por partes.
Lo principal es definir las siguientes palabras, que muchas veces se utilizan de forma indistinta cuando en realidad hacen referencia a cosas diferentes: psicópata, asesino, asesino en serie y asesino en masa.
De entrada, en términos legales, asesino es aquel homicida (aquél que causa la muerte de otro) que lleva a cabo su acción con alevosía, ensañamiento o por precio. Aunque si se rastrea el origen de la palabra asesino era el que consumía cannabis. Por lo tanto no se consideran asesinos a aquellos que atropellan a alguien con su coche aunque vayan borrachos, por ejemplo. Y sí lo serían aquellos que reciben dinero por acabar con la vida de otros (por precio), aquellos que planifican la acción de tal manera que se aseguran la muerte del objetivo sin riesgo para si mismos (alevosía) y aquellos que no se conforman con eliminar a su víctima sino que además lo hacen infligiéndole la mayor cantidad de sufrimiento que pueden (ensañamiento).
En el cine, un homicidio sería lo que creen cometer los protagonistas de "Se lo que hicisteis…", mientras que el asesinato sería cosa de "Leon, el profesional" (por precio), lo que hacen los clientes de "Hostel" (ensañamiento) y lo que lleva a cabo el protagonista de "Match point" (alevosía).
Sin embargo, ninguno de ellos son asesinos en serie ni psicópatas, si bien algunos pueden tener rasgos propios de los psicópatas.
Continuamos. Ahora que ya sabemos qué es un homicida y qué es un asesino vayamos a ver qué es un asesino en serie y qué es un asesino en masa.
Como sus propios nombres indican, se trata de asesinos, por lo tanto cumplen con los criterios anteriormente descritos, pero además poseen otras características. En el caso del asesino en serie estamos ante un sujeto que lleva a cabo no una acción homicida sino varias, de forma sistemática y manteniendo un patrón o “modus operandi”. Además, un asesino en serie no se mueve por dinero ni por cuestiones ideológicas, es decir, que no entran dentro de este grupo los asesinos a sueldo ni los terroristas que, obviamente, también matan de forma sistemática y muchas veces siguiendo un mismo patrón. Podríamos decir que las motivaciones exterminadoras de los asesinos en serie son de tipo psicopatológico.
Por otro lado, los asesinos en masa serían aquellos que llevan a cabo una acción, o varias, en las que acaban simultáneamente con la vida de más de una persona. Las motivaciones de estos asesinos pueden ser diversas aunque normalmente se debe a cuestiones de estrés laboral, familiar o social, siendo los casos más habituales aquellos que describen a asesinos que liquidan a toda su familia, a compañeros de trabajo o de estudios,… No contaríamos dentro de esta categoría a los terroristas que, con una bomba, también causan asesinatos en masa como es obvio.
En el cine, un asesino en serie sería John Doe de "Seven" o Buffalo Bill de "El silencio de los corderos". No serían asesinos en serie John Lee de "Asesinos de reemplazo" ni La novia de "Kill Bill", a pesar de que ambos maten a diversas personas en sus respectivos films utilizando siempre métodos similares.
Igualmente, un asesino en masa sería Dennis Hopper en "Speed" o los estudiantes de la película "Elephant".
Y así llegamos finalmente al término psicópata del que parte la controversia y que se le ha atribuido a gente tan dispar como Michael Myers, Jason Voorheis, Hannibal Lecter, John Doe, Norman Bates o hasta Freddy Krueger.
Todos estos personajes matan gente. Todos ellos pueden catalogarse dentro del grupo de asesinos en serie puesto que matan de forma sistemática y siguiendo un patrón y además lo hacen por motivos psicopatológicos, es decir, nadie les paga por tomarse tantas molestias y su conducta probablemente responde a un desorden mental.
La cuestión estriba precisamente en ese “desorden”. Si se trata de un enfermo mental estaríamos hablando de un esquizofrénico o de un psicótico, pero no de un psicópata. La psicopatía es un trastorno mental y por lo tanto no exactamente un enfermedad. De hecho, los psicópatas conviven entre nosotros y es probable que muchos hayamos conocido a alguno. Sin embargo muy pocos psicópatas llegan a agredir a alguien físicamente y menos aún a matarlo.
Un psicópata no oye voces ni ve cosas donde no las hay. Eso es propio de los esquizofrénicos lo cual descartaría a uno de los falsos psicópatas más ilustres, el señor Norman Bates de la película "Psicosis".
Los psicópatas se distinguen por su escasa o nula capacidad de empatizar con los demás lo cual les hace inmunes al dolor ajeno. Además se mueven por su propio interés, siendo particularmente egoístas a la hora de conseguir sus objetivos. Digamos que un cierto nivel de psicopatía podría ser algo bien visto en determinadas profesiones, por ejemplo en el mundo ejecutivo. Esto es algo que se llevó al extremo en "American Psicho", una de las películas que mejor podría reflejar qué es un psicópata. También en el caso de Hannibal Lecter apreciamos esta conducta de lograr lo que se quiere a cualquier precio cuando, en la película "Hannibal", deducimos que el célebre caníbal ha acabado con el conservatore del museo de Florencia para así tener más fácil su elección como nuevo responsable del mismo, por ejemplo.
Un rasgo característico de la psicopatía es tener propensión a la violencia, siendo ésta la principal respuesta ante la frustración. Un caso que en mi opinión ilustra muy bien al psicópata típico que todos podemos tropezarnos algún día y en el que éste rasgo se ve muy claro, es el del personaje que interpreta Robert Carlyle en "Trainspotting".
También parece ser que muchos psicópatas tienen una personalidad que puede resultar seductora o atrayente, probablemente por esta agresividad, y que les convierte en cierto modo en líderes. Resulta obvio imaginar que en una banda de criminales, el más agresivo y el que resulta más impermeable ante el dolor ajeno sea el que más respeto se gane. En la película “El experimento” podemos observar como la incorporación de un psicópata en un grupo diverso de personas que no se conocen entre si puede acabar desembocando en una explosión de violencia con él como líder.
Todas estas características podrían reafirmarnos sobre la posible psicopatía de Hannibal Lecter (agresivo, incapaz de sentir empatía, personalidad seductora) pero no de "El Dragón rojo" que cree transformarse en otra criatura cuando mata y que además es atormentado por voces que sólo él escucha.
Jason Voorhies creció y se convirtió en un asesino al ser abandonado en un lago por sus profesores en la película "Viernes 13". Obviamente esto marcó su personalidad transformándole en una máquina de matar que se mueve por venganza. Nadie podría decir que Jason tenga una personalidad seductora o líder, no obstante es obvio que su respuesta ante casi cualquier estímulo es la violencia. Jason en el fondo no es más que un robot y su personalidad, si es que la tiene, no puede encajarse dentro de ningún grupo psicopatológico. En definitiva, es un puro invento del cine para reflejar lo que podría ser la maldad en estado puro, a lo que contribuye el hecho de que no puede morir.
A Michael Myers se le puede meter en este mismo grupo de invenciones, sobretodo a partir de las secuelas del primer Halloween. En la primera película y sobretodo en la que ha dirigido Rob Zombie, si podemos llevar a cabo un análisis psicológico del personaje de Michael al que vemos ya desde jovencito como gravemente trastornado. Sus muestras de violencia comienzan haciendo daño a los animales, lo cual es un rasgo típico del psicópata precoz por cuanto demuestra su escasa o nula capacidad de empatizar, que queda aún más apuntalada cuando le vemos eliminar al compañero de clase (que le suplica de forma lastimera y le pide perdón por haberle faltado al respeto) o cuando obra de la misma manera con su hermana. Una vez sucede todo ésto y Michael es encerrado en el sanatorio mental, se encierra en si mismo volviéndose prácticamente autista; deja de comunicarse y pasa a comportarse como el Jason de Viernes 13, es decir, como un robot asesino. Nuevamente invento que se subraya una vez más con la supuesta inmortalidad del personaje. Otra vez el mal en estado puro.
Por último, y por no extender más esta larguísima entrada, podríamos citar a Freddy que cae en la misma situación que los dos anteriores. Mientras estuvo vivo (mientras no habitaba solo en los sueños de sus víctimas) era un asesino en serie, concretamente de niños.

Pese a todo lo expuesto, el uso de la palabra psicópata se ha venido usando de forma constante y repetitiva para definir precisamente a estos psychokillers inmortales, cuando los auténticos psicópatas cuadran mucho mejor con personajes cinematográficos mucho menos extremos y mucho más reales, como el ya mencionado Robert Carlyle de Trainspotting pero también como el Denzel Washington de Training day, el Joe Pesci de Casino y Uno de los nuestros o el Peter Stormare de Fargo. Violentos, agresivos, sin sentimientos de culpa, sin remordimientos, con el objetivo de su único beneficio y satisfacción a cualquier precio, líderes entre los suyos y temidos entre sus subordinados. Poco que ver (salvo excepciones) con personas no comunicativas, amigas de jugar con la policía dejando señas, coleccionistas de pedazos de cuerpos de sus víctimas y demás parafernalia grotesca.

martes, enero 22, 2008

TIM BURTON = SOSOMAN


La producción de una película no termina hasta que ésta no se exhibe. Hasta entonces, la película es tan solo una inversión que un determinado productor hace confiando en el talento o el oficio de un equipo artístico concreto, en cuyo director recae la máxima responsabilidad. Pero como digo, hasta que la película no está siendo distribuida y la gente pagando por sacar su entrada en la taquilla, la tarea de producción no ha terminado. Es por esto que cada vez resulta más importante hacer una buena promoción de la película. La publicidad, las ruedas de prensa, la presentación de la película en festivales, las entrevistas con sus responsables, son de capital importancia para que todo el esfuerzo realizado en la preproducción y el rodaje lleguen a buen puerto. Si no hay una buena promoción lo más probable es que la película acabe en ese limbo en el que mueren tantas producciones de las que nadie ha oído nunca hablar (lo que sucede con mucho cine español, por ejemplo).
Y digo todo esto porque no deja de sorprenderme con que hastío y desgana muchos de estos “responsables” de los que hablaba acometen su tarea de promoción. Sobretodo teniendo en cuenta que lo que venden son precisamente sus creaciones.
El último caso, y el que ha provocado este post, ha sido el de Tim Burton quien tuvo a bien (ahora sabemos que debió ir obligado por la productora) compartir unos minutos con los lectores de "elmundo.es" para responder preguntas relativas a su última película, de inminente estreno en nuestro país.
El resultado de tan interesante idea es una entrevista aburridísima, no tanto por las preguntas de los lectores (que se pasaban un poco haciendo la rosca a Tim) sino por las cortantes y brevísimas respuestas que éste les propinaba. Monosílabos y frases de apenas cinco o seis palabras le sirvieron para cumplir con la papeleta y pasar a otra cosa mariposa.
Yo puedo entender que después de unas cuantas semanas concediendo entrevistas a periodistas, asistiendo a photo calls y dando ruedas de prensa el hombre esté algo agotado pero el encuentro digital que elmundo.es le propuso, no era con periodistas ni críticos, sino con su público, con sus admiradores, con la gente que le ha colocado donde está hoy. ¿Quién conocía a Tim Burton hasta que la Warner le puso tras el proyecto de Batman? ¿Y que hubiera sido de Batman de no ser por la inmensa campaña de promoción que le hicieron?
Sin llegar al extremo de Arturo Perez Reverte que directamente, en un encuentro similar el año pasado, se largó a media charla porque al parecer las preguntas le parecían de bajo nivel (sic), creo que Tim Burton debería tomarse más en serio su faceta de “famoso” y tratar mejor a su público.
En una ocasión, un compañero de trabajo mío se tropezó en Madrid con Santiago Segura al que no tardó en llamar al grito de “Torrente, Torrente, ven pacá que nos hagamos una foto”. Santiago, a pesar de que odia que le llamen Torrente, se acercó sonrió y contestó: si no hay más remedio…
Pues eso.

Aquí está el encuentro digital por si alguien quiere echarle un ojo.

PD: ya está publicado el post 3 de The last ones

jueves, enero 17, 2008

CUENTA ATRAS Y EL SAMBENITO DE LOS JUEGOS DE ROL


Hace algunos años Javier Rosado en compañía de su amigo menor de edad, Felix, atacaron al conductor de un autobús agrediéndole de forma brutal y acabando con su vida. Cuando al poco tiempo fueron detenidos debido a la nula capacidad de arrepentimiento de Rosado y a sus constantes muestras de alarde por la “proeza” cometida, el asesino reveló que lo hizo porque quería saber qué se sentía.
A pesar de ser declarado culpable, condenado y sometido a tratamiento psiquiátrico, los medios de comunicación y periodísticos de este país se encargaron de difundir la idea de que el asesinato había sido planeado como un juego de rol. Un juego de rol que, según se supo, solo existía en la cabeza de Javier Rosado y que muy poco, por no decir nada, tenía que ver con los auténticos juegos de rol que todos los que hemos jugado conocemos. Por supuesto también se añadió que era muy aficionado al cine de terror y al gore (pero de eso hablaremos otro día).
El caso es que desde que se plantó aquella semilla no han dejado de brotar nuevos casos en los que automáticamente se declara culpable a los juegos de rol poniéndonos bajo sospecha a todos los que somos o hemos sido aficionados a ellos; que fulano está en una secta… es un juego de rol! que ha aparecido un cadáver con una carta al lado… es un juego de rol! que han profanado una tumba y han hecho un caldo con los huesos… es un juego de rol! y así sucesivamente. Vamos, que mañana se romperá el cuello una vieja al pisar una piel de plátano y seguro que la maldita fruta era jugadora de rol!!
¿Pero a qué viene todo esto? Pues a que el sambenito del rol como inductor de actividades criminales está ya tan metido en nuestro folclore que, ayer sin ir más lejos, los guionistas de la serie “Cuenta atrás” no tuvieron inconveniente en dejar caer esa hipótesis en el caso que centraba la acción del episodio.
Nunca he visto la serie (pues con los avances publicitarios he tenido bastante) pero soy jugador de rol desde hace años, tengo conocimientos de guión y dirección cinematográfica y además soy criminólogo. Resumiendo, que tengo pleno conocimiento de todos los ámbitos que convergen en este asunto y sólo puedo decir que esos guionistas (o productores, me da igual) deberían plantearse las consecuencias que sobre el público pueden tener las historias sobre las que escriben. Como digo no ví el episodio y quizá lo del juego de rol es una hipótesis que se descartó en seguida en el transcurso del mismo, pero el mero hecho de nombrarlo vuelve a traer el dichoso temita a colación y creo que ya está bien.
Los jugadores de rol no son asesinos. Son gente, mayoritariamente joven, con inquietud cultural. Sociables, inteligentes y amistosos. Los juegos de rol no solo no matan a nadie sino que se utilizan en pedagogía y como terapia en psicología, además de estar cada vez más presentes en la formación de distintos tipos de profesionales.
Los juegos de rol tuvieron su auge a finales de los ochenta y principios de los noventa. Hoy apenas sobreviven junto a los juegos de cartas coleccionables. Sin embargo, y a pesar de este olvido progresivo en el que han caído, está claro que siguen siendo muy socorridos a la hora de crear polémica. Y si alguien tiene alguna duda que lea el libro de Jesús Palacios.
¡Basta ya!

PD: ya está colgado el segundo post de The last ones. No pierdas el hilo. ;)

lunes, enero 14, 2008

HITMAN; Otro videojuego que muerde el polvo


A pesar de los lamentables resultados obtenidos, continúa el goteo de películas inspiradas/basadas en videojuegos de éxito.
Lejos queda ya aquel primer intento que, de alguna manera, ya debió servir como lección a productores y cineastas. Me refiero al pase a la gran pantalla de “Super Mario Bros”. Si aquel debut del videojuego ya fue nefasto, el efecto ha resultado se el contrario al lógico, es decir, en lugar de paralizar el tema de las adaptaciones se ha continuado con ello hasta nuestros días. De hecho no han hecho más que empezar.
A aquel bodrio de “Super Mario” siguieron los de “Mortal Kombat”. Tamaño desastre cinematográfico sólo podía contar con un actor estrella como reclamo, el inefable Christopher Lambert (¿alguien sabe de alguna película decente de este señor más allá de “Los inmortales”?). Después irían llegando “Street Fighter” (nada menos que con Van Damme de protagonista), el esperado y decepcionante “Tomb Raider” y, aprovechando el éxito de los juegos tipo survival horror, “Resident evil”.
De alguna manera, el moderado éxito conseguido por ésta película, animó a los productores americanos a explotar aún más este filón sin tener en cuenta los desastres precedentes (y que “Resident evil” tampoco es ninguna maravilla) y en eso estamos. Múltiples secuelas de Resident a cada cual peor, secuela de “Tomb Raider” también peor que la primera (que ya era difícil), “Aliens vs Predator” (que pasó del comic al videojuego y de ahí al cine) de la que también hay ya una secuela de inminente estreno, “Doom” (que al menos incorporó en una secuencia el famoso plano subjetivo del que se han alimentado todos los shooters) y, lo peor de todo, el desembarco cinematográfico del que ya puede ser considerado como el peor director de la historia del cine reciente: Uwe Boll.A tan siniestro personaje debemos nada menos que las adaptaciones, todas enfermizamente malas, de “Alone in the dark” (que hubiera dado para una magnífica película de terror), “Bloodrayne” (que desperdició el personaje femenino de videojuego más atractivo después del de Lara Croft) y “House of the dead” (con la que no había nada que hacer y cuya filmación es un despropósito tan grande que merece la pena verla solo para reventar de la risa).
Sin embargo, y por alguna extraña razón, el tal Uwe Boll continua recibiendo proyectos y además siempre del mismo tipo (adaptaciones de videojuegos). La única explicación es que alguien debe estar intentado convertirle en una especie de Ed Wood de nuestra época. No se me ocurre otra cosa para este desatino fílmico.
Tampoco quiero olvidarme en este repaso de “Stay alive”, película no basada en ningún videojuego pero cuya trama se desarrolla como si sus protagonistas estuvieran dentro de uno. Aunque muy limitada por su presupuesto y por la habilidad de sus responsables, la considero una interesante aproximación a este peculiar mundillo.
Pero volviendo al tema, la última película inspirada en un videojuego que nos ha llegado es “Hitman”. Un juego cuya mecánica consiste en ponerse en la piel de un silencioso y eficaz asesino que debe encargarse de eliminar a una serie de objetivos infiltrándose en sus guaridas y pasando desapercibido.
Poco de esto hay en la película. El Hitman cinematográfico está más cerca de Jason Bourne que del “47” del juego. Deja un rastro de cadáveres a su paso, es experto en combate cuerpo a cuerpo y la discreción no parece formar parte de su vocabulario. En este sentido, el personaje que hace años encarnara Jean Reno en la película de Luc Besson “Leon, el profesional” está mucho más cerca al espíritu del juego que el que vemos en Hitman.
¿Estamos ante una mala película? Pues hombre, si nos centramos exclusivamente en las adaptaciones de videojuegos en mi opinión tiene un pase. Al menos es entretenida y las secuencias de acción están resueltas con cierto oficio. Es mejor que “Tomb Raider”, por decir algo. Sin embargo se ha desperdiciado una buena oportunidad de construir un personaje y una saga fílmica interesante.
De momento, en lo que a adaptaciones de videojuegos se refiere, tendremos que continuar viendo “Silent Hill” como el mayor logro conseguido hasta la fecha. Veremos que pasa con World of Warcraft. Miedo da.

PD: no olvideis pasaros por “The last ones”. La primera entrada del primer capítulo ya está colgada ;)

viernes, enero 11, 2008

Novela BLOG

Pensando en nuevas y enriquecedoras formas de invertir mi tiempo en la red, se me ocurrió el otro dia la posibilidad de escribir una novela en forma de blog.
La idea me vino después de estructurar un relato que tenía en mente como si fueran los episodios de una serie de televisión.
En seguida me puse a rastrear la red en busca de alguna idea parecida y, sí, la encontré. Hay que reconocer que cuesta mucho inventar algo nuevo hoy en internet, pero también me percaté de que los que lo habían intentado lo habían abandonado rápidamente. Al menos los que yo miré.
Esperemos que no me ocurra a mí lo mismo. En cualquier caso me ha parecido buena idea añadir la novedad de que los comentarios sirvan para ir modificando la historia y que así sea más participativa.
¿Lo intentamos?

lunes, enero 07, 2008

Blade Runner en edición 5 DVDs; ¿Alguien lo ha visto?


Supongo que en esto, como en tantas otras cosas, habré sido el último en enterarme. Pero como es probable que todavía haya alguien que no lo sepa y sea tan friki como yo para estos temas, pues lo explico.
La cuestión es que, navegando en busca de un fondo de escritorio para mi trabajo, que había pensado decorar con alguna imagen de Blade Runner, tropecé casualmente con la existencia de una edición en DVD de esta película que se lanzó en diciembre de este año recién acabado. Dicha edición, de coleccionista y limitada, venía empaquetada en un maletín perfecta imitación del que utiliza el protagonista de la película para hacer sus test a los replicantes. Contenía además cinco DVDs llenos de extras así como abundante material sobre la película incluida la reproducción de uno de los fotogramas originales, entre otras muchas cosas.
El precio de esta joya para coleccionistas era de 60 euros, lo cual la hacía un regalo más que aceptable para las navideñas fechas en las que se lanzaba el producto.
¿Cuál fue el problema? Pues que al mismo tiempo en que me enteraba de la existencia de dicho producto, me enteraba también de su descatalogación por encontrarse agotado desde el mismo día en que salió a la venta.
Cierto es que, al parecer, solo se pusieron a la venta 10.000 unidades (de ahí lo de que fuera una edición limitada) pero, más allá de este dato, me parece alucinante que en tan solo unas horas desaparecieran las diez mil copias como si se tratara de las entradas para un concierto de Héroes del Silencio.
Quizá por pataleta o por mala idea, me inclino a pensar que muchos (o algunos) de los establecimientos a los que llegaron estas unidades para su venta al público, aprovecharon para especular con ellas. Es decir, que según las recibieron las vendieron a si mismos o a conocidos para poder después revenderlas por un precio muy superior.
De no ser así, resulta extraño que desde entonces se esté produciendo un goteo constante de ventas de estas unidades en e-bay a precios nunca inferiores a los 200 euros y tratándose siempre, tal y como se explica en el detalle del producto, de unidades precintadas y sin abrir.
Podría entenderse que alguien hubiera comprado el pack y se hubiera sentido decepcionado por su contenido (que me extraña) y hubiera decidido subastarlo en internet pero, al menos lo hubiera abierto. Puedo llegar a pensar incluso que hubiera algún friki que, sabiendo de la calidad del pack en cuestión, ya pensara en adquirirlo con la única finalidad de revenderlo… aunque según la política de reservas que al parecer había que seguir para conseguir uno de estos maletines, también me parece mucha tela.
Pero lo que más me escama de todo es que gente como, habitual de las grandes superficies donde se venden todo tipo de ediciones de DVDs y visitador frecuente de las mismas, no llegara jamás a ver una de estas unidades a la venta; ni siquiera un anuncio para reservarlas.
Sinceramente creo que se trata de una estafa con la que algunos están haciendo las navidades este año. A razón, como ya decía, de más de 200 euros el pack cuando su precio original eran 60 euros, estamos hablando de unos beneficios que se acercan, o superan, el 400% del valor inicial.
En fin… conmigo que no cuenten.