miércoles, octubre 29, 2008

SOBREVIVIR A UN APOCALIPSIS ZOMBIE



Está claro que hay mucho material sobre el tema circulando por internet, pero este simple test me ha hecho gracia.
¡Que quieres que te diga!

lunes, octubre 13, 2008

SITGES 18- CITY OF EMBER


City of ember fue la elegida para cerrar el Festival de Sitges de este año. Para estos menesteres, para cerrar un festival, suele recurrirse a una película (en principio buena) pero que además tenga un cierto tirón comercial. Viene a ser algo así como la gala de inauguración pero con un poquito menos de caché. Vamos, que para abrir y cerrar un festival muchas veces lo que se pasa es una película mala pero de las que distribuidoras y productoras se encargarán de que todo el mundo sepa que existen (y que acabarán llenando salas comerciales mientras que las que llenan el Festival y van a concurso se pudren dentro de sus rollos).
Como ejemplo de lo dicho en el párrafo anterior City of ember nos viene que ni pintada. Surgida de una novela, la película nos narra la historia de unos muchachos (prepúberes) en cuyas manos acaba recayendo el futuro de lo que queda de la humanidad, que se refugia en una ciudad subterránea llamada City of ember. Tal y como se nos explica al principio del film, cuando la vida en la tierra ya no era posible, los genios mas geniales de entre los hombres construyeron esa ciudad subterránea para salvaguardar a la humanidad de su completa extinción. Sin embargo, y para asegurarse de que en algún momento saldrían de allí, le otorgaron al alcalde de la misma una caja en la que se explicaba como evacuar dicha ciudad cuando llegara el momento (la caja solo se abriría cuando pasaran doscientos años, gracias a un cierre electrónico conectado a una cuenta atrás). Dicha caja fue pasando de alcalde en alcalde hasta que, cuando apenas faltaban cuarenta años la cadena se rompió (no se especifica exactamente el cómo) y la caja se perdió. Con la cuenta atrás terminada y la caja abierta Ember carece ya de autonomía y su generador comienza a fallar, los víveres también escasean pero, a pesar de ello, el alcalde y sus ciudadanos parecen confiar en que todo se solucionará por si solo. Será precisamente el hallazgo de esta caja por parte de los niños protagonistas lo que dispara toda la película.

Toda esta historia de la civilización que, de alguna manera, debe reconstruirse a si misma y que olvida que existió en algún momento un mundo distinto del de la pequeña ciudad en la que viven, guarda no pocos puntos en común con otras fantasías futuristas mucho más acertadas, como por ejemplo La fuga de Logan.
Pero el director de esta película deja muy claro desde el principio que sus intenciones no son las de elucubrar sobre un futuro tan desalentador ni profundizar sobre las ideas más interesantes de la historia, como el hecho de que el destino profesional de los habitantes de Ember lo fije el azar, o que algunos de sus habitantes ya hayan intentado averiguar qué hay más allá (como en El bosque de Shyamalan), o sobre el por qué de las mutaciones que se han producido en algunas criaturas comunes (Polillas gigantes, ratas con tentáculos faciales,…).
Los responsables de la película se limitan sencillamente a utilizar todos estos elementos y el interesante entorno en el que se mueven sus personajes para explicar una aventura de niños y para niños. Una aventura a la que no le faltan ni las buenas intenciones, ni los padres buenos y comprensivos, ni las abuelitas que han perdido el juicio pero no el buen corazón ni, por supuesto, las atracciones de feria destinadas a ocupar un sitio privilegiado en algún parque temático de Orlando. Es decir, que toda la propuesta se convierte en un puro artificio que funciona adecuadamente gracias a que el ritmo no decae a pesar de que constantemente nos estemos preguntando por qué se ha desperdiciado de esa manera una idea de la que un director más sensible para el material de base (como Tim Burton, por ejemplo) podría haber sacado oro puro. O plata, por lo menos.

SITGES 17- ANAMORPH


El thriller con asesino en serie hace tiempo que dejó de ser atractivo. Tal vez porque durante los noventa surgieron demasiadas peliculillas a la sombra de El silencio de los corderos o tal vez porque Seven arrasó como un tsunami con lo que pudiera quedar por contar sobre estos sistemáticos homicidas.
Desde entonces, con un flujo mucho más escuálido, nos han seguido llegando películas de este estilo pero prácticamente ninguna digna de mención. En realidad, quizá la última gran película sobre asesinos en serie sea precisamente Zodiac, con la que David Fincher demostró que después de Seven el único que podía aportar algo a ese subgénero era él mismo.
Por eso Anamorph no pasará a la historia tendrá que conformarse con ser otra más de asesino escurridizo que monta retorcidas escenas del crimen mientras atosiga al policía (con desorden mental incluido) que le persigue.
¿Se acuerdan de Copycat? Era aquella película con Sigourney Weaver de protagonista en la que interpretaba a una doctora especialista en asesinos en serie que sufría de agorafobia y que, debido a la aparición de una serie de asesinatos, debe ayudar a la policía a descubrir quién los comete ya que el modus operandi resulta muy parecido al de un tipo al que ella ayudó a encerrar.
Pues Anamorph viene a ser lo mismo. Aquí no hay doctora pero si hay un profesor de criminología y además policía (interpretado por Willem Dafoe) que dio por cerrado un caso sobre un asesino en serie cuyos crímenes parecen haber vuelto a hacer presencia en la ciudad, y como en Copycat, él mismo se ve involucrado en ellos al encontrar en las escenas del crimen algo así como notas que solamente él puede identificar.

Ante tan conocido derrotero narrativo lo único que salva a Anamorph de formar parte de la legión de films con idénticas credenciales es precisamente su puesta en escena. Gracias a la buena labor de su director y a su gusto malsano a la hora de diseñar las escenas de los crímenes (realmente impresionantes) la película deja un poso de autenticidad que la hacen merecedora de al menos un visionado.
Baste decir, y no revelo nada, que muchas de esas notas que el personaje al que da vida Willem Dafoe va recogiendo, debe de extraerlas interactuando con la propia escena del crimen, la cual siempre funciona como una obra de arte que debe ser contemplada desde un punto de vista distinto al que parece normal.

No es demasiado pero al menos nos da esperanza sobre la posibilidad de volver a ver alguna película de peso sobre esta misma materia. Total, si Surveillance, de Jennifer Lynch, ha acabado ganando el Festival de Sitges de este año, será que tal vez aun se puede exprimir más esa teta.

SITGES 16- DEAD SPACE (PERDITION)


Me cuesta hablar de Dead Space (perdition) como si se tratara de una película, la verdad. Meterla en este saco del Festival me resulta un tanto incómodo porque de alguna manera es como si la equiparara con el resto de films presentados en el certámen y, sinceramente, por malos que hayan sido algunos todos ellos son películas con todas las letras, algo que dudo que pueda aplicársele a Dead Space (perdition).
El por qué se incluyó este film entre los pases de prensa del Festival todavía es un poco extraño. El director del certamen vino a comentar justo antes del pase que se trataba de algo así como una experiencia pionera para el Festival de cara a unir cada vez más dos mundos que, en definitiva, estaban muy próximos entre si; el del cine y el de los videojuegos de última generación.
Sin contradecir esto último, que creo que hay mucho de verdad en ello, lo cierto es que todo el tinglado sonaba más a una estrategia promocional de la que tanto el Festival como los responsables del juego en España iban a salir beneficiados, que a una intención verdadera de crear una sección paralela o algo semejante de cara al futuro.

Para los que no lo sepan, Dead Space es un videojuego para consolas y para PC que se comercializará a partir de finales de este mes de octubre. Dicho juego bebe en gran medida de algunas de las mejores películas de ciencia ficción de las últimas décadas, como puedan ser Alien, Horizonte final, Atmósfera cero o La cosa, lo cual lo hace tremendamente atractivo para todos los que somos fans del cine en general y del cine de ciencia ficción en particular.
Así pues, a los señores responsables de dicho producto, se les ocurrió la brillante y lucrativa idea de crear expectativa (y más dinero) creando un cómic y una película que sirvieran como precuelas para el videojuego en si. Y así es como llegamos al pase de prensa del que hablábamos.

La película, si es que la podemos llamar así, resulta bastante incomprensible para alguien que no esté ya familiarizado con los conceptos del videojuego y no por que no se entienda, que no es eso, sino porque se nota que forma parte de algo que no se ha visto (el cómic) y carece de desenlace porque para conocerlo hay que jugar el videojuego. Es en definitiva, un vídeo sin principio ni fin en el que seguimos a una especie de aguerrida cosmonauta eliminando a una especie de zombies mutantes del espacio por el interior de una nave espacial durante, algo así como una hora.
Con este guión (si es que se le puede llamar así) y unos dibujos bastante toscos (propios de cualquier serie de anime que estén pasando actualmente por la tele) el resultado final ni siquiera invita a jugar al videojuego, de hecho, flaco favor le hace a aquellos que nunca hubieran oído hablar de él porque si su primera toma de contacto es haber visto la película, creo que se les quitarán las ganas de ir a la tienda a comprarlo. Osea que, como película mal y como campaña de promoción fatal.

¿Si no supiéramos que se trata de un producto ideado para vender un segundo producto lo hubiese mirado con otros ojos? Lo dudo. Vaya por delante que la película no se estrenará en cines en nuestro país (ni creo que en ningún otro) y que saldrá al mercado directamente en Blu-ray y DVD aunque comercializándose por separado del videojuego, lo cual resulta bastante extraño dada la bajísima calidad de la producción. Lo cierto es que, después de todo, si que han conseguido generarme una expectativa con todo esta campaña de marketing: ¿cuántas copias de la peliculita serán capaces de vender?

SITGES 15- PRIME TIME


Prime Time fue la última de las películas españolas a concurso que se pasó en el Festival de Sitges y, quizá para hacer algo de ruido o quizá porque realmente la distribuidora se puso cazurra, no pudo empezar con peor pie; nuevamente los acreditados de prensa tuvimos que pasar por el detector de metales y a enseñar nuestras bolsas (por si había alguna cámara de destrucción masiva oculta) consiguiendo, además de las críticas y los movimientos negativos de cabeza de cuantos estábamos allí, que don Carlos Pumares la emprendiera a voces con los responsables de seguridad (y razón no le faltaba).
Así que, con este ambiente, ya se pueden imaginar que uno se iba a mirar la película con unos ojos no muy amables, la verdad. ¿Qué peliculón nos tenía preparado el Festival que era necesario tanto registro? ¿Sería otra obra maestra como Repo! o The burrowers? Pues sí, en efecto eso era. (Esto es una ironía, por si acaso no se entiende).

Prime time parte de una idea más o menos original pero que a todos se nos ha pasado por la cabeza alguna vez. ¿Qué pasaría si los programas basura de la televisión llegaran en algún momento tan lejos como para mostrar la muerte en directo de alguien? Si el canal fuera de pago, ¿se abonaría mucha gente para verlo?
A partir de esta premisa se teje una historia típica de esas que consisten básicamente en meter a un grupo más o menos heterogéneo de personajes en un espacio muy reducido y esperar a que se despellejen. En esta ocasión, dicho despellejamiento se supone que viene a ser una especie de parodia/exageración de lo que ocurre en los programas de tipo “gran hermano”. Con el añadido, obviamente, de que aquí las nominaciones pueden acabar con la vida del nominado.

Como decía, la idea así contada no suena del todo mal, pero el problema es que la trama deviene predecible y, los personajes que son quienes han de aguantar el tipo en un escenario fijo y de escaso interés, apenas tienen fondo con el que trabajar.
Los personajes de cualquier guión carecerán de interés si no hay conflicto y si no se produce en ellos un arco de transformación. Esto último es primordial en los personajes principales y el mejor ejemplo de ello lo tenemos en nuestra obra literaria por excelencia, Don Quijote de la Mancha donde después de todas sus peripecias Quijote se Sanchiza y Sancho se Quijotiza (cualquiera que haya estudiado literatura en el instituto lo sabe).
Pues bien, los personajes principales de esta historia no sufren cambio alguno. Ni el interpretado por Leticia Dolera (la protagonista), ni el de su novio (que viene a ser como la sorpresa final pero se le ve venir de lejos), ni el de Pablo Puyol (que además le toca el cliché del soldado fascista), ni el de la mala de la función, etc,…

A partir de un concepto parecido se han urdido obras maestras como Naufragos, películas geniales como Cube y hasta entretenimientos aceptables como Saw 2. Desgraciadamente Prime Time no se puede encuadrar dentro de ninguna de esas categorías y, sintiéndolo mucho, no salvó el fiasco de este año en cuanto a premios recibidos por películas españolas en el Festival: cero patatero.

domingo, octubre 12, 2008

SITGES 14- LET THE RIGHT ONE IN


Si hay un mito del fantástico que nunca pasa de moda en el cine ese es sin duda el del vampiro. Más allá de las películas sobre el personaje de Drácula, que son un subgénero en si mismo, los chupasangres llevan arrastrándose por nuestras pantallas prácticamente desde que se inventara el cinematógrafo. Tanto es así que hoy en día cualquier persona podría componer una lista con los principales poderes y debilidades de estas criaturas según sus películas favoritas sobre el tema; que si los ajos, que si lo de invitarle a entrar, que si la luz del sol, que si el agua bendita...

Obviamente, el hecho de que existan tantas películas sobre vampiros hace inevitable que el montón de paja sea grande y difícil de encontrar el grano en ella. Además, y según de que crítico te fíes, puedes encontrarte con recomendaciones dudosas. Hay quien defenderá productos como “Los viajeros de la noche” de Kathryn Bigelow y hay quien dirá que la mejor película de vampiros es “The adiction” de Abel Ferrara. Incluso encontrarás quien te diga que hoy es imposible hacer una película de vampiros sin caer en los clichés o en el espectáculo del cine de acción (Van Helsing, Blade, Underworld,…).

¿Qué lugar ocupa entonces la película sueca “Let the right one in”, dentro de este subgénero? En mi opinión un lugar privilegiado. Un lugar de honor entre las mejores del género no solo porque combina de forma magistral el drama clásico con el terror más sobrio, ni tampoco por contener algunas secuencias inolvidables que resuelven con ideas de encuadre y profundidad de campo lo que otros hubieran convertido en un simple montaje de planos, ni tampoco porque los dos niños protagonistas estén inmensos en sus papeles o porque la historia que se nos cuenta sea una especie de versión siniestra de la estupenda “Un puente hacia Terabithia”, sino porque sencillamente, cuando la película acaba, cualquier persona con sangre corriendo por sus venas tiene que aguantarse para que las lágrimas no le rueden mejilla abajo.

Así de potente es la empatía que despiertan en nosotros la pareja protagonista y así es de real el escenario en el que Tomas Alfredson, el director, les sitúa.

Sin duda Let the right one in es mucho más que una simple película de vampiros y tiene tantos matices en su guión que puede interesar a una cantidad de público con muy distingo gusto cinematográfico. Es una historia de amor, es una historia de abusos entre escolares (bullying), es una intriga de asesino en serie y, por supuesto, también es una película de terror. ¿Qué más se puede pedir?



A apenas unos meses de recibir la adaptación al cine de la saga de novelas Crepúsculo (responsables de haber desbancado a Harry Potter del top 1 en ventas), me cuesta mucho imaginar que el resultado pueda superar a esta pequeña-gran película europea que se olvida de imitar a los americanos (como sucedió con el desastroso díptico Guardianes de la noche/dia) y se centra en contar una historia de amistad y amor (¿imposible?) tierna y espeluznante con íntima seriedad.

Por desgracia, y como ya he comentado sobre otras producciones presentadas en este Sitges 2008, la procedencia del film y su, en consecuencia, ausencia de estrellas que funcionen como reclamo comercial, es posible que dificulten la distribución del film en nuestro país, lo cual será una verdadera lástima para todos los amantes de las películas de vampiros, del cine fantástico, ¡que demonios! del cine con mayúsculas.

SITGES 13- SYNEDOCHE


Synedoche, presente en este Festival de Sitges 2008, forma parte de la sección oficial Fantàstic pero fuera de competición.

Es curioso. Ignoro porque no está en competición pero aún me causa más extrañeza el hecho de que se la haya considerado cine fantástico. Cierto es que, cualquier que se la mire y más aún si no conoce a Charlie Kaufman, puede tener la impresión de estar viendo una película realmente rara pero no necesariamente fantástica. A ver, déjenme que trate de recordarla, que les aseguro que es más difícil de lo que parece.

La película comienza con una familia, padre, madre e hija, en la cocina de su casa desayunando. El padre, que interpreta Philip Seymour Hoffman, es director de teatro y parece extrañamente preocupado por su salud (en una de las primeras secuencias se le ve ir al baño y remover su propia mierda para acabar comentando a su mujer que cree que hay sangrado en la deposición). La madre, que interpreta Catherine Keener, es una especie de artista conceptual moderna, pintora fundamentalmente, de esas que podrían exponer en ARCO. La hija es una niña corriente con muchas preguntas que hacer a sus preocupados padres.

Hasta aquí nada de fantástico, ¿no? Seguimos.

El padre, que como ya he dicho es director de teatro, está trabajando en una obra y se le ve flirteando con su ayudante (Samantha Morton) a la que no tardará mucho en tirarse aunque en mitad del polvo ella tenga que aguantarle sus lloros y sus penas porque, además de hipocondríaco también parece un tio muy deprimido. La madre, por otro lado, no parece excesivamente interesada en el trabajo de su marido y, el dia del estreno de la obra prefiere quedarse en casa colocándose con una amiga (Emily Watson). Ambos, además de todo lo dicho, visitan juntos y por separado a una psicóloga de moda que utiliza cada consulta para vender sus propios libros y decir frases vacías.

¿Alguien ha leído ya algo fantástico?

Vale, vale, ahora llega la parte más extraña. Resulta que la madre decide fugarse con la hija y la amiga y el pobre padre se queda aun más triste, mustio y perdido de lo que estaba y, todo eso, a pesar de que le han concedido una beca de millones de dólares para que la emplee en realizar una nueva obra. Así pues, en plena crisis, decide que creará la mayor obra de teatro que jamás haya visto el hombre y, mientras lo hace, tratará de recuperar a su hija.

¿Dónde está lo extraño? Sumemos al último párrafo que el escenario de la obra será del tamaño de una ciudad (o quizá del mundo entero), que la preparación del libreto durará toda la vida que le queda por delante al protagonista, que éste contará con un segundo protagonista que le interpretará a él mismo y que dicho personaje lo encarnará un señor que le ha seguido durante más de veinte años observando cuanto hacía y, ¡ah! se me olvidaba; la ayudante vive en una casa que siempre está en llamas y que compró con ese handicap porque era más barata.

No veo nada fantástico en todo ello. ¡No! En lo de la casa tampoco, no insista.

Lo que si veo es que Charlie Kaufman está peor que Terry Gilliam y David Lynch juntos y que es capaz de escribir y dirigir una de las películas más raras que he visto y que es capaz de comprimir en dos horas la vida entera de una persona. No solo lo que hace, sino lo que siente, lo que piensa, lo que vive,… todo. Kaufman ha filmado nuestras miserias, las penurias del ser humano, con sus anhelos, sus egoismos, sus esperanzas, sus debilidades y hasta sus buenos sentimientos. Todo está en Synedoche. Una película inclasificable de un artista inclasificable.

¿Una película de cine fantástico? No. Una película fantástica.

SITGES 12- TOKYO!


En los últimos años hemos visto ya un par de proyectos que consisten en aglutinar a directores para que dirijan un pequeño episodio dentro de una película usando como único leit motiv una ciudad en concreto (Paris Je t’aime, por ejemplo).

Tokyo! no está en ese rollo. Tokyo! es también un film de episodios, tres para ser exactos, pero ninguno de ellos es una carta de amor a la ciudad de Tokyo en la que transcurren sus historias. Tokyo! es un film que aprovecha la ciudad nipona para que tres directores con personalidades y estilos muy distintos (Michel Gondry, Léos Carax y Bong Joon-ho) desarrollen una historia que, a pesar de ser independientes, comparten una cierta preocupación sobre el hombre y su forma de vida actual.

En la primera historia, Gondry nos muestra los avatares de una joven pareja recién llegada a la ciudad en su búsqueda por instalarse y tratar de salir adelante. Él aspirante a cineasta y ella haciéndole únicamente de comparsa, tendrán que compartir piso con una amiga de la ciudad, lo cual pondrá a prueba la solidez de su relación y colocará a cada uno en su sitio (o en su silla).

En la segunda, Carax nos sorprenderá con la aparición de un extraño y feo elemento que surge de las cloacas para sembrar el caos y, posteriormente la muerte, a su paso. El tipo en cuestión revelará al único hombre en el mundo que entiende y habla su lenguaje, que su nombre es Mierda y que está en Japón porque Dios se lo ha ordenado y está causando estragos en la ciudad porque no le gustan los japoneses. Tan delirante propuesta servirá al director para disertar sobre la situación política internacional de hoy dia, sobre la religión y las relaciones interpersonales, y todo ello a través de uno de los interrogatorios (y juicios) más inolvidables y freaks que jamás se han visto en el cine.

La última de las historias, tal vez la más floja, es la que dirige Joon-ho y versa sobre los individuos conocidos como hikkikomari, gente que se recluye en su casa negándose a mantener ningún contacto con el exterior y, muy especialmente, con otras personas. Tan estrafalarios (aunque cada vez más comunes) individuos, le servirán para plantear una historia de amor en la que los constantes movimientos sísmicos por los que también es conocida Japón, serán el detonante que haga cambiar la mentalidad de estos curiosos ciudadanos.


Como acostumbra a suceder con estos films episódicos, las distintas personalidades de sus responsables así como las diferencias de talento, hacen que su transcurrir sea irregular y resulte imposible valorar la película en conjunto sin comparar unos relatos con los otros. Así pues debo decir que si algo destaca en la película es la parcela de Carax, siendo su relato el más disfrutable y equilibrado y el responsable de haber creado un personaje que se merece una película entera para él solo.

El relato de Gondry, por otro lado, va de menos a más resultando demasiado lento en su comienzo y remontando tan solo cuando saca a la palestra su particular imaginación. Como mínimo consigue que el espectador presencie una extravagante transformación de mujer en silla (sic), que no es algo que se vea todos los dias.

Y Joon-ho por su lado se beneficia de que, afortunadamente, su historia es la más corta, pero al estar situada al final es la que deja las últimas y definitivas sensaciones en el espectador, que no son malas, pero no todo lo buenas que cabría esperar.

Tokyo! recibe por lo tanto un aprobado pero no se sitúa, en mi opinión, entre las películas llamadas a pasar a la historia. Ni siquiera a la historia de esta edición del Festival.

miércoles, octubre 08, 2008

SITGES 11- THE BURROWERS

El western, como la ciencia ficción, es un género que resulta fácil de hibridar. Precisamente porque la clave para identificar estos géneros está en la propia ambientación. Si vemos una nave espacial hablamos de ciencia ficción y si vemos un poblado indio o un saloon, estamos en un western. Es fácil. Sin embargo, Alien es algo más que una película de ciencia ficción. Una cosa es donde está ambientada la película y otra muy distinta que sensaciones pretende provocar el director en nosotros como espectadores. Alien no busca hacernos reflexionar sobre el futuro o el uso de la tecnología (al menos no principalmente) y la película que nos ocupa, The Burrowers, pese a estar ambientada en el lejano oeste, no es lo que cualquiera puede entender por un western.
La historia de The Burrowers nos explica el secuestro de unas mujeres a manos de una tribu india (o eso parece) y de cómo se envía a una partida de hombres compuesta por soldados y voluntarios en su búsqueda. Convencidos de que se trata de un grupo de indios, algunos de los personajes (especialmente el capitán de la guarnición) no dudará en torturar a otros indios para interrogarlos incapaz de entender por qué cada noche que invierten en continuar con la búsqueda acaban despertándose con algún soldado de menos.
Al final The Burrowers es simplemente una historia de monstruos ambientada en el oeste y, sinceramente, con muy poco que aportar. De hecho, la supuesta originalidad de la propuesta (la combinación de western y terror) ni siquiera es tal pues ya ha habido precedentes y algunos con más tino, como la interesante Ravenous. Además, la trama del viaje en el que se van sucediendo conflictos entre personajes alternados con vislumbraciones crecientes en claridad de los monstruitos de marras, agota rápidamente la paciencia y uno espera que ocurra algo interesante de una maldita vez.
El descubrimiento por parte de la expedición, a media película, del cuerpo de una chica enterrada e inmóvil pero aun con vida, está narrado de tal manera que no provocaría mayor desconcierto si lo que hubieran encontrado bajo la arena no fuese más que el envoltorio de un chicle y, aunque la idea de que la inmovilidad no es completa y que la chica es capaz de rascar su propia ropa con las uñas de los dedos podría haber dado para montar una buena secuencia de terror, se pierde su efecto por la escasa trascendencia que todo el mundo parece darle al hallazo. Vamos, lo que he dicho. Como si se hubieran encontrado un papelazo.
Así pues, no es hasta que el grupo deja a un lado a los soldados y se interna en el bosque que la acción no comienza a acelerarse pero, ya es tarde. Lo poco que le queda por ofrecer al misterio de las desapariciones no es suficiente para colmar una expectativa que se ha hecho crecer demasiado a lo largo de la hora y media larga de proyección. Torpe. Aburrida. Insuficiente.

SITGES 10- MARTYRS


Martyrs era probablemente la película más esperada del Festival de Sitges. Presentada ya en otros certámenes como el de Toronto, la brutalidad y violencia que desprendían sus imágenes venía precedida ya por los avisos agoreros de la propia organización de éste Sitges 2008. Y a fe que han dado en el clavo.
A pesar de que ningún dia de la semana se ha hablado más del Festival en los medios que el de la ya famosa cancelación de Repo! por temor a la piratería, Martyrs también ha conseguido su cupo de fama gracias a que, al parecer, alguien entre el público no pudo conseguir retener el desayuno en el estómago. Además, la organización habla de decenas de personas abandonando la sala y, si a eso le sumamos que habían colocado una ambulancia en la puerta del auditorio “por si acaso”, ya tenemos el pastel servido.
En el fondo, todo un puro espectáculo montado para provocar al espectador y que al Festival le viene muy bien como publicidad. Pero expliquemos qué es Martyrs.
Aunque la película se presenta inicialmente como la historia de una venganza (la de una joven que de niña fue secuestrada y agredida brutalmente), pasada una hora de metraje la historia se torna un "torture porn" al uso. Y lo digo así de claro: TORTURE PORN.
El director del film, Pascal Laugier, pretende hacernos creer que su film es una especie de profundo e intelectual tratado sobre el dolor y el sufrimiento y, en rueda de prensa, incluso tuvo el desparpajo de decir que se sentía mal cuando la gente aplaudía su película. Sin embargo, lo que hay en Martyrs es tan solo la búsqueda de una excusa para rodar lo que tantas veces hemos visto ya en el cine de horror, es decir, la enésima tortura a una chica joven. Aquí la excusa es que una especie de secta pretende averiguar si, a través del dolor físico, se puede de alguna manera trascender o incluso transmutar a un estado de conciencia distinto, como si se tratara de una epifanía o algo de carácter místico. Pero es curioso… tan cultos investigadores del alma no han encontrado mejores maneras de causar daño que las que hemos visto, sin ir más lejos, en la mediocre Hostel de Eli Roth. No se les ocurre envenenar a la joven, no se les ocurre hacerla enfermar o drogarla, o pasar hambre, etc,… No, tiene que ser lo de siempre: tandas de puñetazos, desollamientos, mutilaciones… Y por si todo esto fuera poco cliché del torture porn (insisto), no falta la silla a la que la chica está atada y lo mejor de todo, ¡que la víctima tenga que ser precisamente una chica joven! Y aun tienen el descaro de decir para justificar esto que esta transmutación de la que hablaba antes parece que solo funciona con las mujeres jóvenes. ¡El colmo! Y se sorprende el señor director de que la gente aplauda cuando acaba su película... Mire, tan solo hay dos motivos para aplaudir Martyrs, el de alegría porque por fin acabó o el de regocijo por haber disfrutado de lo visto (osea que le aplaude el mismo tipo de público que hace sonar las palmas cuando en Audition la chica la emprende a clavar agujas en los ojos de su víctima). Aplausos de alivio de los que no han disfrutado con la violencia representada de forma tan gráfica y aplausos de agradecimiento de esa porción (grande) de público habitual en Sitges que busca la atrocidad definitiva. ¿Para sorprenderse o avergonzarse? Usted sabrá que ha hecho la película, señor Laugier.
Lo más gracioso de todo es que en la rueda de prensa a algún iluminado se le ocurrió mencionar a Foucault como posible influencia del director, entiendo que por sus pensamientos y reflexiones sobre el uso del poder aunque, vayan a saber, ¡lo mismo era sencillamente porque también era frances! En fin, para alucinar.
Pero no me malinterpreten. Martyrs consigue lo que se propone, que no es aleccionar al espectador ni hacerle reflexionar ni nada parecido, por más que Laugier quiera hacernos creer que sí. Martyrs consigue ponernos los pelos de punta y apartar la mirada de la pantalla para tratar de sobrevivir al horrible espectáculo que nos presenta (básicamente en su tramo final). En este sentido, su película es tremendamente efectiva y para los amantes de este tipo de cine una auténtica joya, como lo pueda ser la ya mencionada Hostel o la ganadora del año pasado A l’interieur o la famosa serie de mediometrajes Guinea Pig, por mencionar algunas.
Además, Martyrs viene a sumarse a la que ya puede ser considerada la Generación del Horror en Francia, que durante los últimos cuatro o cinco años parece haber engendrado un movimiento similar al de los gialli en Italia en los setenta y que ya cuenta con sus propios directores destacados, empezando por Alexandre Aja al que podríamos considerar el iniciador del movimiento con su Haute Tension.
Horror, sí. Gore, por supuesto. Esto es, como dicen los americanos, "a violence celebration". ¿Una película profunda para reflexionar y blah, blah…? ¡A otro perro con ese hueso, señor Laugier!

SITGES 09-BLINDNESS


Hace más de diez años que el premio nobel de literatura Jose Saramago publicó su novela “Ensayo sobre la ceguera”, y aún más desde que John Wyndham publicara su clásico de la ciencia ficción “El día de los trífidos”. Dos novelas muy distintas entre si pero con una cosa en común; ambas parten de la misma premisa ¿qué ocurriría si de repente todo el mundo se volviera ciego?
Lo que en El día de los trífidos era la excusa para montar una historia apocalíptica sobre una especie de invasión alienígena a cargo de unas plantas asesinas (los trífidos), en la novela de Saramago sirve para reflexionar sobre los límites de la moral y la ética cuando nuestro principal sentido (probablemente al que mayor valor le damos ya que nadie se imagina como puede ser perder el tacto) desaparece y el mundo que conocíamos se torna un lugar oscuro y lleno de peligros.
La película de Fernando Meirelles adapta la novela de Saramago y opta por dividir su relato en tres partes bien diferenciadas. Una muy corta, la primera, en la que asistimos al primer caso de ceguera repentina. Ya desde ese primer momento podemos ver como no tarda en aparecer alguien que pretende aprovecharse (y lo hace) del pobre infeliz. La segunda parte (la más larga) es la que nos traslada al centro de internamiento en cuarentena al que son llevados todos los afectados por la ceguera repentina. Es durante toda esta parte y, gracias al personaje de Julianne Moore (la única persona que ve en todo el centro) que se desarrolla casi toda la historia que se nos quiere contar y se nos envía también todo el mensaje (pesimista como no puede ser de otra manera en Saramago) sobre la naturaleza humana. Si en la primera parte un vidente se aprovechaba de un invidente, en la segunda, son algunos invidentes los que se aprovechan (de forma brutal) de otros invidentes más débiles. En esta división en grupos resulta determinante la presencia de un ciego de nacimiento entre ellos que, precisamente gracias a haber vivido con esa incapacidad durante años, resulta estar mejor preparado que ninguno para sobrevivir en tan dura situación. Por supuesto, es también la parte del film en la que más partido se saca al personaje que interpreta Julianne Moore quien, por compasión, tendrá que ocuparse cual enfermera de velar por el bienestar físico y psíquico de montones de desconocidos y, además, tratar de mantener a flote su relación matrimonial (su marido está entre los invidentes).
La tercera y última parte de la historia abre una puerta a la esperanza y nos deja reflexionar sobre lo visto dejándonos, pese a todo, un poso de desasosiego ante tanta maldad esperando el momento de despertar.
Sobre la película destacaría fundamentalmente el trabajado de sus actores, la mayoría de ellos estupendos, así como algunos aciertos en la dirección, como el uso de los fundidos a blanco y las sobreexposiciones de la fotografía para sumergirnos en la ceguera blanca de los personajes. También merecen una mención especial la cuidada forma en que están rodadas las secuencias más brutales (el siniestro viaje de las mujeres de la sala 1 a la 3 y lo que allí les espera) demostrando que se pueden crear sensaciones de repugna y asco sin tener que recurrir a la representación explícita, algo de lo que podría aprender el director de Martyrs.
El por qué se ha esperado más de diez años para adaptar esta obra es un misterio que tan solo me atrevo a explicar por la catarata de títulos de trasfondo apocalíptico que venimos recibiendo en los últimos años. De hecho, en cuanto a puesta en escena, la película recuerda en gran medida a El incidente, de M.Night Shyamalan. Un ejemplo más del cine del miedo, del cine post 11s.

martes, octubre 07, 2008

SITGES 08- EDEN LAKE


“Gótico americano”, además de una célebre pintura, es como se conoce a las películas (fundamentalmente de los años setenta y ochenta) que tratan sobre como gente de ciudad se ve en serios apuros cuando se le ocurre pisar de forma incauta el mundo rural de la América profunda. Desde Psicosis hasta La matanza de Texas o Deliverance, todas ellas han servido para que se forje en nuestro imaginario colectivo la idea de que, en Estados Unidos, es mejor no alejarse demasiado de las urbes si es que uno no quiere acabar siendo pasto de alguna familia disfuncional, endogámica y caníbal.
Por otro lado, todos hemos podido ser testigos gracias a las noticias de televisión, de cómo la grabación de palizas y peleas por parte de nuestros adolescentes se está convirtiendo en una moda perversa. Ya sea con cámaras de video domésticas o, más habitualmente, con las cámaras de los teléfonos móviles, todo tipo de agresiones tanto a compañeros estudiantes como a indigentes o personas en general, son grabadas y colgadas en Internet como proezas.
Pues bien, la suma de estos dos conceptos es lo que nos brinda Eden Lake.
Por un lado tenemos a una pareja de enamorados que deciden abandonar por unos dias su ciudad y dirigirse a un lago remoto en el que el hombre tiene pensado pedir matrimonio a la mujer. En el otro lado, tenemos a un grupo de adolescentes bastante malencarados (con perro rottweiler o similar incluido) que desde el primer momento deciden incordiar y molestar a la pareja como forma de diversión y también como una manera de marcar el territorio (ellos viven en el pueblo de al lado del lago y lo utilizan para reunirse a fumar, beber y maltratar animales). Unos angelitos, mire usted.
Obviamente, y como no podía ser de otra manera en una película de este tipo, el enfrentamiento entre la pareja y el grupo de gamberros no tardará en ir subiendo de nivel, alcanzando su punto de giro cuando los chicos deciden robar el coche de la pareja, lo cual deriva en una pelea con navajas incluídas en la que acabará muerto el maldito perro. Y hasta aquí puedo leer aunque la deriva brutal y violenta que emprende la película a partir de ese momento es fácil de imaginar.
Pero siendo esta la enésima película que aborda una situación similar (ya hemos visto que existe hasta un concepto que las engloba) ¿qué aporta Eden Lake? Podríamos ver en ella una denuncia o crítica al tema de las palizas y su grabación en móvil. O también podríamos ver una película más de entretenimiento para los que gustan de emociones fuertes. Un servidor cree que en el fondo es bastante más lo segundo que lo primero aunque, debo reconocer que la parte final de la película arroja un mensaje claro y que, en gran medida comparto. ¿Son tan violentos nuestros adolescentes? ¿Y de dónde procede toda esa rabia? ¿No será más bien que se limitan a copiar lo que han visto en casa? Y más importante aún ¿no será culpa nuestra por sobreprotegerlos?
Un último apunte. Aquellos que aún no tengan claro qué es un psicópata y sigan confundiéndolo con los asesinos en serie, que se acerquen a ver esta película y observen al cabecilla de los gamberros. No hay mejor definición.

SITGES 07- TALE 52


Esta es la típica película que, nada más ver las primeras imágenes, ya sabes que nunca saldrá del circuito de festivales especializados. Es la clásica que, dentro de un par de años, te puedes tropezar en una noche de insomnio pasándola en La 2 a las cuatro de la madrugada. Tale 52 es sencillamente cine anticomercial.
El director de este film griego, Alexis Alexiou, dijo en la presentación del film: puede que esta película no les divierta pero espero que les guste. Osea, que es plenamente consciente de que su fantasía de intriga y ciencia ficción es bastante peñazo a pesar de tener cierto gancho y conseguir mantener el interés del espectador lo suficiente como para que no se vaya de la sala sin saber como termina la historia.
¿Y qué explica esta Tale 52? Bien, digamos que es algo así como una versión siniestra de Atrapado en el tiempo. El joven protagonista de la historia, organiza una cena en su casa en la cual recibe como invitados a sus amigos de siempre y a una desconocida (amiga de una amiga) de la que se enamorará a primera vista. Por suerte para él el sentimiento le será correspondido y pronto tendrá a la chica viviendo con él. El problema es que, aquejado de un extraño e intenso dolor de cabeza, el muchacho comenzará a tener visiones de su relación en el futuro y, por si esto fuera poco, cada vez que va a dormir despierta en un tiempo distinto en el que han sucedido cosas que ya conoce o que desconoce por completo, según si es pasado o futuro.
Aunque así expuesto puede resultar la mar de interesante, y en parte lo es, el bajísimo presupuesto o la muy esmerada claustrofóbica puesta en escena dotan a la película de un look demasiado poco atractivo como para que las constantes repeticiones de sucesos y conversaciones no se hagan aburridas. Y más aún cuando, en uno de esos avances hacia el futuro de la relación entre la pareja protagonista, intuimos de forma clara que uno ha causado un grave daño (físico) al otro.
No sabemos si volveremos a oír hablar de este director griego, aunque probablemente de su película no.

SITGES 06- THE GOOD, THE BAD, THE WEIRD


¿Existe el western oriental? ¿No es acaso un contrasentido semántico? Pues lo sea o no, la última película de Kim Jee Woon demuestra que, no solo existe tal híbrido sino que es la mar de divertido y espectacular.
The good, the bad, the weird es una de pistoleros en la que no faltan asaltos a trenes, tiroteos, duelos ni persecuciones a caballo. Sin embargo, no se trata de un western americano rodado por un director oriental, sino de aplicar el estilo y los clichés del western a una historia que tiene lugar en pleno oriente durante la guerra entre Japón y Corea.
Los protagonistas son tres personajes al margen de la ley. Uno de ellos es cazarrecompensas, el otro ladrón y el último una especie de bandido a sueldo. En definitiva, el reflejo oriental de Cint Eastwood, Eli Walach y Lee Van Cleef, es decir, los protagonistas del clásico spaghetti western de Sergio Leone El bueno, el feo y el malo.
Pero se equivocan los que crean que la película es una versión oriental de aquella. Muy poco tiene que ver la historia que quiere contarnos Jee Woon con la que nos explicara Leone. No obstante, es fácil encontrar constantes guiños en el guión a la película original y, de entrada, incluso el objetivo de los personajes parece el mismo. En ambas películas los personajes se afanan por dar con un tesoro enterrado mientras se enfrentan entre ellos y contra todo el que se interpone en su paso, ya sean luchadores por la independencia de Manchuria, soldados japoneses o bandas de forajidos.
Uno de los detalles que separa a esta película de la de Leone y que, en cierta medida, ya marca una diferencia importante con aquella, es que en ningún momento aparecen carteles sobreimpresos que nos informen de quién es quién en la película. Se deja al arbitrio del espectador el señalar con el dedo al bueno, el malo y el raro (como indica el título) y, aquí más que nunca, las apariencias engañan.
Cinematográficamente se trata de un título impecable. Con un arranque sensacional en el que a vista de águila contemplamos un tren que no tardará en ser asaltado por unos bandidos a caballo, el ritmo trepidante, la acción constante y las piruetas de la cámara nos mantienen en vilo durante toda la película, disfrutando de un enorme espectáculo que apenas da un momento de respiro. Y por si todo esto fuera poco, además hay mucho humor. ¿Qué mas se puede pedir? Pues que este film no se quede como un ejemplo más de los muchos que pasan por festivales de renombre y jamás llegan a estrenarse en nuestras pantallas. The good, the bad, the weird merece una oportunidad ante el gran público. De momento, lo mejor de este Sitges 2008.

SITGES 05 -VINYAN


El corazón de las tinieblas es la novela que sirvió de base a Francis Ford Coppola para urdir el guión de Apocalipse now. Tanto la novela como la película narran el descenso por un rio que se adentra más y más en el corazón de la selva para mostrarnos poco a poco donde se esconde el lado más oscuro y siniestro del alma humana.
Vinyan, de Fabrice Du Weiz, parece haberse inspirado también en dicho relato. En la película, una pareja debe adentrarse en la selva birmana para localizar a su hijo desaparecido, al que todos dan por muerto tras haber sido arrastrado por el tristemente célebre tsunami del pasado año.
La decidida mujer que interpreta Emmanuelle Beart tiene también cierto parecido con el que levantara Andy McDowell en Las flores de Harrison, donde la esposa de un corresponsal de guerra desaparecido decide adentrarse en el conflicto Serbio-Bosnio para encontrarle, a pesar de que nadie cree que siga vivo. En el film que nos ocupa la obsesión del personaje de Beart por encontrar a su hijo raya en la locura, y arrastra a su marido (Rufus Sewell) a correr enormes peligros, los cuales comienzan por pagar una gran suma a unos piratas para que les introduzcan en Birmania, país cuyas fronteras están cerradas.
Como no podía ser de otra manera, el viaje no tarda demasiado en complicarse y muy pronto se dan cuenta de que no pueden confiar en nadie y de que se encuentran solos en mitad de una espesa, sumergidos en una oscuridad que desconocen y, lo más extraño de todo, asediados por niños de siniestras intenciones.
Du Weiz ya anticipa todo este desconcierto en la interesante secuencia del primer tercio del film cuando Beart se baja del taxi y deambula por las calles de Bankhog en busca del traficante que puede llevarle hasta su hijo. Si bien allí la selva es de neón y asfalto, la oscuridad, la desorientación y la desconfianza ya presagian que el viaje no será fácil y su final incierto.
Otro de los aciertos de Du Weiz está en el uso del sonido, alternando silencios con ruidos ensordecedores en un crescendo insostenible en los momentos más duros de la historia.
Pero probablemente lo que más llame la atención de este film sea su final, ambiguo y sobrecogedor, con un mensaje que parece certificar con sangre ese dicho tan español de “madre no hay más que una”.

SITGES 04- HANSEL AND GRETEL


El coreano Yim Phil-sung nos presenta en esta película una historia que parece una versión alargada de un conocido episodio de La dimensión desconocida.
¿Se acuerdan de aquella película de episodios titulada en España “En los límites de la realidad”? ¿Recuerdan que en ella varios directores de renombre filmaban cada uno de los episodios que la componían? Spielberg, Landis,… Bien, uno de aquellos episodios trataba sobre una pareja que, a raiz de un problema con su vehículo, acaban pidiendo ayuda a los inquilinos de una casa que resultan ser personas que, al igual que ellos, llegaron allí por accidente pero ahora son incapaces de marcharse. Todo ello por culpa de un niño que tiene poderes psíquicos y se siente solo.
Pues bien, esta es, con algunos matices, la misma historia que se nos explica en Hansel y Gretel aunque, todo sea dicho, con un estilo y una lírica mucho más depurada. Sobre el célebre cuento de hadas no hay demasiado en el film. Su presencia es física (uno de los niños que aparecen tiene una edición del cuento) y también hay algún detalle de referencia como el de las migas de pan en el bosque (aunque aquí no hay pájaros traicioneros) o el del horno en llamas como lugar al que arrojar a la bruja (o lo que toque).
Por desgracia, Hansel y Gretel adolece del mismo problema que la mayoría de películas coreanas que acostumbramos a ver en Sitges. El metraje es excesivo y la historia se estanca a la mitad. Tiene gracia que, el propio director del film en su presentación comentara que, pasada una hora de proyección, encontraríamos unos diez minutos un poco pesados. Al menos lo reconoce, aunque podía haber hecho algo para ahorrárnoslos.

SITGES 03 -REPO! THE GENETIC OPERA


Pocos pases de prensa he visto más atropellados que el de esta “original” propuesta a cargo de Darren Lynn Bousman, el responsable de Saw 2 y Saw 3.
Todo empezó con la cancelación de la exhibición del pasado sábado en la que prensa y público compartían platea. Según parece y, a pesar del registro de bolsas a la entrada de la sala, alguien había conseguido saltarse el control de seguridad o, más probablemente, introducir una cámara en la sala. Sea como fuere la sesión se anuló con devolución del dinero de las entradas incluído y el bochorno del director del festival, Angel Sala, que tuvo que soportar algunos abucheos al anunciar la cancelación.
Así pues, hoy se realizó un nuevo pase para la prensa donde, no ya contentos con el registro de bolsos, se nos hizo pasar por un detector de metales.
Y digo yo, ¿todo esto para qué?
Está claro que la coartada de los responsables del film para toda esta paranoia estriba en el miedo a que alguien difunda la película por Internet pero, seamos sinceros, ¿tanta vida comercial le auguran a esta película como para montar todo este control? ¡Si ni siquiera los propios productores del film dotaron del presupuesto necesario al director para poder realizar la película! ¡Pero si es lo primero que ha dicho Lynn Bousman en la rueda de prensa! ¡Pero si basta con ver los primeros veinte minutos de Repo! para darse cuenta de que a partir de ahí los cuatro decorados de cartón piedra en los que transcurre se repiten una y otra vez!
En fin, hablemos de cine. ¿Qué es Repo!? Tranquilos, no se trata de Matrix. Se puede explicar perfectamente y su look visual no generará un nuevo estilo ni nada que se le parezca. Repo! es un musical en la línea de The Rocky Horror Picture Show ambientado en un futuro no muy lejano (sic) en el que la cirugía plástica se ha convertido en una necesidad y un vicio del que nadie quiere prescindir. En este ambiente, el abusivo precio de las intervenciones y los órganos hará que aparezca inmediatamente un comercio subterráneo que incluirá el asesinato legal de personas morosas a las que, literalmente, se les arrancarán los órganos comprados pero impagados. Y de esta tarea tan encomiable se encargan los Repoman (de ahí el título).
Pues bien, a pesar de lo “original” de esta propuesta, lo cierto es que todo lo explicado anteriormente es tan solo el trasfondo para explicar un folletín, una historia de envidias, de celos, de hijos (cuervos) peleándose por una herencia, de secretos inconfesables e identidades secretas. Todo ello, a ritmo de rock más o menos duro, ópera, techno y personajes que se expresan cantando durante todo el metraje. Y para llevar a buen puerto toda esta lírica nada mejor que contar con un actor que también ha sido tenor, Paul Sorvino, con uno de los actores de The Rocky Horror Picture Show, Anthony Stewart y con una especialista en dar la nota, Paris Hilton (sic).
Según afirma el propio Lynn Bousman, se barajaron los nombres de Jon Bon Jovi, Lenny Kravitz o Avril Lavigne para los papeles principales pero no le parecían las personas adecuadas para dar vida a sus personajes, pero curiosamente se escuda en el tirón comercial para justificar la presencia de Hilton… ¿alguien entiende algo?
Por si todo esto fuera poco, la película comienza con unas viñetas al más puro estilo de cómic clásico que nos adentran en el mundo de Repo! y que van apareciendo después, a lo largo del film, para explicarnos, a modo de flashbacks, el pasado de algunos de los personajes principales. Lo curioso es que, a pesar de resultar una forma realmente atractiva visualmente de hacernos avanzar en la historia, ¡¡todo lo contado en esos dibujos se cuenta luego con imagen real o diálogos (cantálogos)!!

Quien vea el trailer que no se engañe; toda la imaginería visual que hay en Repo! se quema en sus primeros minutos y, a partir de ahí, solo hay dos alternativas: o te enganchas a la historia de la pobre muchacha que descubre que su vida es un engaño o directamente abandonas la sala. Puede que, después de todo, eso fuera lo que nos estuviesen diciendo ayer cuando nos pidieron que nos levantáramos de nuestras butacas y solicitáramos la devolución de nuestro dinero.

SITGES 02 -CROWS ZERO


Si hay alguien que no puede faltar en Sitges, aunque no nos brinde su presencia física, ese es Takashi Miike. Desde que sorprendiera a todos con la estremecedora “Audition” y revolviera hasta el último de los estómagos con “Ichi the killer”, no hay edición del Festival en la que no haya al menos una película suya proyectándose, ya sea dentro o fuera de las secciones oficiales.
En esta ocasión se trata de una adaptación del manga japonés de Hiroshi Takahashi, Crows, y que en la película lleva añadido el subtítulo de “Episodio cero” debido a que la historia que nos explica sucede justo un año antes al momento en el que da comienzo el manga original.
Los que esperen encontrar en este film la casquería habitual del director de “Llamada perdida” se van a ver muy decepcionados. No es que estemos ante un film ajeno a la violencia ni mucho menos; apenas hay un fotograma en el que alguien no esté propinando o recibiendo una brutal paliza, sin embargo la puesta en escena y la intención del director no está tan próxima al gore como al cine de acción, subgénero peleas (si es que tal cosa existe). En el fondo, estamos ante una película que se encuentra más próxima a la ingenua Karate Kid que a la explícita Battle Royale, por más que aparentemente sea una especie de versión light del film de Takeshi Kitano.
La trama gira en torno a un instituto en el cual nadie estudia y, de hecho, nunca se da clase (en la película tan solo se ven profesores en los primeros cinco minutos). El centro en si es tan solo el lugar de reunión para unos alumnos adolescentes que sencillamente se pasan las horas lectivas peleándose para alzarse con el título de Rey del instituto, algo que nunca nadie ha conseguido. Y aquí es donde interviene Genji, el hijo de un jefe yakuza que decide conseguir dicho título ya que su padre le ha prometido que si lo logra le cederá su puesto en la organización.
A partir de este planteamiento sería muy sencillo entrar en la dinámica de una sucesión de peleas en masa o de uno contra uno aumentando cada vez la dificultad o la violencia. O convertir la película en una batalla a muerte con sangre por todas partes, como hizo Kitano. Pero vete aquí que Miike da un vuelco a la propuesta y convierte la película en un drama juvenil con momentos musicales y mucho, mucho humor. Tanto es así que en ocasiones, da la sensación de que lo que estamos presenciando es en realidad una comedia.
Aunque Genji, el protagonista, es un luchador consumado, pronto aprende que no podrá hacerse con el instituto entero si no lleva a cabo alianzas con los líderes de otras aulas y, para ello, trabará amistad con un mafioso de una banda rival que le enseñará otros medios distintos a la violencia con los que llegar hasta el poder. La relación que se establecerá entre ambos les brindará a los dos la posibilidad de enriquecerse personalmente con las enseñanzas del otro. Uno comprenderá que para llegar a la cima no basta con ser el más fuerte y que se puede conseguir más con un apretón de manos que con un puñetazo (el mismo Gandhi se sentiría orgulloso), mientras que el otro podrá redimirse por su comportamiento cobarde y recuperar una etapa de su vida a la que debe su vergonzosa profesión actual.
Divertirdo, violento, emocionante y fresco. Así es el espectáculo que nos sirve Miike con este Crows Episode 0. Y si alguien cree que hay demasiada violencia y que se trata de un film que podría ser no apto para nuestros adolescentes, es que no se ha parado realmente a meditar sobre los muchos valores y enseñanzas que emanan de esta película que además tiene un formato transgresor idóneo para que resulte incluso educativa. Y lo mejor de todo es que ningún padre tendrá que recomendársela a su chaval de quince años. Sus imágenes serán reclamo más que suficiente.

NOTA: la película no se exhibirá en nuestras salas a pesar de haber sido la número 1 en la taquilla de Japón y haber recaudado en su primer mes de exhibición 16 millones de euros. En España se editará en DVD y se comercializará a partir del próximo 14 de octubre.

sábado, octubre 04, 2008

SITGES 01- SEXYKILLER


Pues bien, por fin llegué a Sitges y, aunque me he perdido dos dias con propuestas interesantes (Reflejos, Transiberian,...) hoy ya he podido comenzar a ver cine, aunque no mucho la verdad. REsulta que el pase de REpo! the genetic opera, que era el plato fuerte de la mañana se ha ido a la mierda por, según parece, un problema de seguridad. Al menos eso nos ha dicho el director del Festivla, Angel Sala, que ha tenido que aguantar las quejas y abucheos de la gente (ya que el pase de prensa estaba abieto además al público). Total, que en toda la mañana tan solo he podido ver Sexykiller que paso a comentar a continuación de forma breve. Tampoco da para mucho, la verdad.


El cine español hace ya muchos años que se liberó de sus complejos y no tiene miedo de producir todo tipo de películas. De hecho, en los últimos años estamos asistiendo a un goteo incesante (casi un chorro) de películas de misterio, terror y hasta ciencia ficción.
En Sexykiller hay todo eso y más. Sin embargo, la intención de esta película no es la de hacernos temblar, ni estremecernos ni maravillarnos. Sencillamente pretende hacernos reír jugando la baza de la parodia y las referencias cinematográficas.
Sus actores, la práctica totalidad, proceden de distintas comedias televisivas, su guión está lleno de detalles y guiños (muy obvios, nada rebuscados) a películas de terror en general y tanto el montaje como la banda sonora y el look de la película son desenfadados y rápidos.
El problema es que tanto parodiar y tanto jijijaja contra el cine de género (especialmente el hollywoodiense) acaba volviéndose contra la propia película que, sobretodo en su primera mitad, se hace cansina y se torna autoparódica. De hecho, es gracias al giro que se produce en su última parte que la película puede salvarse y hasta recomendarse, pues en ella están contenidos los dos o tres mejores gags del film.
La promoción de Sexykiller ha hecho hincapié en su baza argumental; la primera psychokiller femenina del cine, es española. No obstante, seamos realistas. Sexykiller no es REC, no se toma en serio a si misma y por lo tanto nadie la va a tomar en serio, ni cuando compre una entrada al iniciarse su carrera comercial en nuestros cines, ni cuando llegue el momento de entregar premios en este o cualquier otro Festival al que se presente. El personaje interpretado por Macarena Gómez, híbrido entre Hannibal Lecter (sic) y Paris Hilton según el guionista del film, no es más que una niñata a la que vemos matar a sus compañeros de clase a razon de uno cada diez minutos, pero carece de empaque y está totalmente al servicio de la comedia. En definitiva, tiene mucho de Paris Hilton y prácticamente nada (o absolutamente nada) de Hannibal Lecter. Además y por si fuera poco, ese dudoso honor de ser la primera psychokiller de la historia habría que discutirlo mucho porque, además de la horrenda secuela de American Psycho (donde la psicópata es una mujer), está la muy conocida, y además citada en Sexykiller, asesina de Viernes 13, es decir, la madre de Jason Vorhees.
En definitiva, estamos ante una película divertida aunque irregular, que sólo recomendaría como parte de una sesión doble o triple con otras joyas de nuestro género fantástico-paródico como “Acción mutante” o “La mujer más fea del mundo”.